Panamá prepara un plan de acción nacional para «decir adiós» al mercurio

14 de Febrero de 2019

Crédito de la foto: Fondo para el Medio Ambiente Mundial (The GEF)

Panamá inicia los preparativos para trazar un plan de acción nacional con el que hacer frente a una problemática global: la emisión y liberación de mercurio en los ecosistemas y su impacto en la salud de las personas. Instituciones panameñas lideradas por el Ministerio de Salud (MINSA) y con apoyo de ONU Ambiente y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) organizaron en ciudad de Panamá un taller de trabajo con el fin de establecer una hoja de ruta y garantizar la acción interinstitucional concertada.

El mercurio es una sustancia tóxica que puede causar graves problemas de salud tales como daños permanentes en el sistema nervioso, aparato digestivo, piel, pulmones, riñones y ojos. La exposición humana se produce principalmente por la inhalación de vapores de mercurio emitidos en los procesos industriales y mediante el consumo de pescado y mariscos contaminados. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que los efectos son particularmente graves en la salud del niño y del feto, dado que el mercurio puede ser transmitido de una madre a su hijo durante el embarazo.

Panamá forma parte del esfuerzo global para la eliminación progresiva de esta sustancia, materializada con la firma y ratificación del Convenio de Minamata, un tratado internacional a día de hoy ratificado por 102 países. La finalidad del convenio, cuya entrada en vigor se produjo el 16 de agosto de 2017, es proteger la salud humana y el medio ambiente de las emisiones y liberaciones de mercurio producidos por las actividades humanas. El tratado debe su nombre a la ciudad japonesa de Minamata, donde la población local sufrió en los años cincuenta y décadas posteriores los efectos del envenenamiento por el mercurio como resultado del vertido de residuos industriales.

Desde entonces, la comunidad internacional ha dado pasos para restringir la fabricación, uso y comercialización de esta sustancia. El Convenio de Minamata prevé el fin de la fabricación, importación y exportación de dispositivos eléctricos, de iluminación y médicos con mercurio para el año 2025. También prescribe la reducción paulatina del uso de pilas, lámparas fluorescentes y otra serie de componentes que contienen esta sustancia.


Otros puntos destacados de este acuerdo multilateral son la prohibición de nuevas minas de mercurio, la eliminación gradual de las existentes, medidas de control de emisiones a la atmósfera, y la regulación internacional del sector informal para la extracción de oro artesanal y en pequeña escala.

El subdirector de Salud Ambiental del MINSA, Edgardo Villalobos, indicó que el plan de acción nacional busca promover el fortalecimiento institucional, técnico y legal con el fin de que Panamá pueda conocer y gestionar adecuadamente el mercurio en todo su ciclo de vida. Para cumplir con los objetivos de Minamata, los países son llamados a mejorar los diagnósticos e inventarios sobre uso y comercio de mercurio, emisiones y liberaciones sus territorios.

Panamá fue uno de los primeros países de América Latina realizar inventarios de mercurio y una planificación en la gestión de los riesgos. Con el plan nacional se prevé mejorar las capacidades institucionales, para lo cual es fundamental la acción coordinada de todos los ministerios e instituciones. En el diseño del plan de acción preliminar participaron equipos técnicos del Ministerio de Ambiente, Ministerio de Comercio e Industria, Ministerio Público, la Caja del Seguro Social, Ministerio de Desarrollo Agropecuario de Panamá, Servicio Nacional de Fronteras, Autoridad Nacional de Aduanas, y la Asociación Nacional de Enfermeras de Panamá.

El coordinador de proyectos de Desarrollo Sostenible del PNUD en Panamá, José De Gracia, expresó que el cumplimiento de las disposiciones de Minamata supone un respaldo para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): “reduciendo la contaminación por mercurio ganamos en salud pública, en aire y agua limpios, en ecosistemas saludables. También brinda la oportunidad de introducir tecnologías alternativas sin mercurio, que sean limpias y eficaces, contribuyendo al ODS 12 relativo a la producción y consumo responsables”.

En la misma línea, la gerente nacional para Ambiente y Desarrollo Sostenible del PNUD en Panamá, Jessica Young, considera que la implementación de Minamata en Panamá refuerza la agenda ambiental del país, en consonancia con las obligaciones de Panamá en tanto que signatario de los principales acuerdos multilaterales mundiales: Convenio sobre Diversidad Biológica, el Acuerdo de París contra el cambio climático, el Protocolo de Montreal para la protección de la capa de ozono, o el Acuerdo de Escazú sobre derechos ambientales, este último actualmente a la espera de ratificación por el legislativo panameño.     

El Convenio de Minamata toma como base las disposiciones de los convenios de Basilea, Estocolmo y Rotterdam, tratados internacionales que regulan la gestión de los productos químicos y los desechos peligrosos. El apoyo a los países en sus esfuerzos para cumplir los compromisos establecidos en el Convenio de Minamata es un componente importante de los esfuerzos del PNUD para lograr un desarrollo humano sostenible, inclusivo y resiliente, indicó Young.